.: tristeza: un apetito que ninguna desgracia satisface :. E.Cioràn



lunes, 10 de agosto de 2009

Para vengarnos de quienes son más felices que nosotros, les inoculamos -a falta de otra cosa- nuestras angustias. Porque nuestros dolores, desgraciadamente, no son contagiosos.



Emile Cioràn.